BLANCO O NEGRO
Enseguida
me diréis: “ Hay matices de grises “, y yo argumentaré: “ Depende de sobre qué
estemos hablando “.
Por
ejemplo, si yo os pregunto: “ ¿ Sois optimistas o pesimistas ? “. Y vosotros me
contestáis: “ Yo soy realista “.
¡ Ya
empezamos !
Es como
lo del vaso. Si un vaso tiene exactamente la mitad de la cantidad total de agua
que puede contener, y yo os pregunto: “ ¿ Cómo lo veis, medio lleno o medio
vacío ? “ , la respuesta: “ Es que está justo por la mitad “, no me vale,
porque yo os estoy preguntando por un punto de vista y vosotros me estáis
contestando con un hecho ” real “ ( ya hablaremos de lo que entendemos por “
real “ en otro post ).
A mi me
interesa conocer vuestra ACTITUD frente a un HECHO. Ahí está la clave del
asunto. Los hechos son los que son, o mejor dicho lo que nos parece que son. La
situación actual es la que es, o más concretamente la que creemos que es. Pero
al margen de todas estas consideraciones más o menos racionales, por qué no
intentamos dejarnos llevar por la intuición, la ilusión, los intereses, las
aspiraciones, los sueños…, es decir, vamos a valorar nuestra ACTITUD ahora, en
el presente, sopesando nuestras experiencias del pasado y planificando lo que
pretendemos para nuestro futuro.
Os
vuelvo a preguntar: “ ¿ Sois optimistas o pesimistas ? “. Voy a ser un poco más
agudo: “ ¿ Qué os interesaría más, ser optimista o pesimista ? “. Como me
respondáis lo segundo, lo tenéis claro amig@s. ¿ Qué ventajas tiene serlo ? ¿ Os
va a ayudar en algo ? Como mínimo estáis manifestando indiferencia sobre vuestro
futuro. Creo que será mejor que recapacitéis.
Lo que
tenga que ser, será. Pero es nuestra actitud ante ese futuro INCIERTO lo que
puede resultar determinante. Lo que cuenta es el camino, el presente, y nuestra
ACTITUD en la forma de afrontarlo es lo
que nos reportará sosiego y satisfacción o, por el contrario: padecimientos,
sufrimiento y frustración.
Cuando
éramos pequeños nuestro comportamiento no era tan racional, nos dejábamos
llevar por impulsos, no hacíamos valoraciones sobre los posibles riesgos, no
pisábamos el freno antes de arrancar. ¿ Y cómo nos fue ? Sobrevivimos ¿ no ? ¿
No creéis que deberíamos recuperar esa chispa característica de la infancia,
ese mirar siempre con optimismo hacia delante, ese afrontar los obstáculos a
medida que se nos vayan presentando… y superarlos con decisión ?
Cuando
algo nos gusta de verdad, cuando no analizamos con antelación los costes que
nos pueda suponer, sino que simplemente lo hacemos, experimentamos placer en su
ejecución, vivimos el presente, nos aislamos del entorno y simplemente nos
centramos en disfrutarlo. ¿ No es esa la mejor ACTITUD, susceptible de
extrapolar a todos los aspectos de nuestra vida ?
¡ ADELANTE,
VAMOS !