miércoles, 4 de junio de 2014

EN PRÁCTICAS

Cuando yo era pequeño... Bueno, no tan pequeño, ya tenía 21 años, me saqué el carnet de conducir. No me resultó complicado. Se me daba bien estudiar y tenía las habilidades necesarias. Además, el coche era pequeño, un SEAT 133 de color blanco ( ahora se han puesto de moda los coches pequeños, pero por otras razones ). Teoría, práctica y campo ( una serie de maniobras en circuito cerrado, que actualmente se incluyen en el examen de circulación, o como se llame, pues tenemos la costumbre de cambiar el nombre a las cosas de toda la vida para que parezcan nuevas, llamar la atención, y dar la impresión de que hemos descubierto algo distinto que va cambiar la vida de la gente... pero ya hablaremos).


El caso es que no recuerdo haber utilizado nunca la "L", porque no tenía coche propio, el familiar era de uso restringido, y pasaron algunos años, cuando ya había vencido ampliamente el periodo reglamentario de  prácticas, hasta que dispuse del mío.

Me refiero a la "L" de conducir, porque la otra, la de la inquietud, la curiosidad y el aprendizaje constante, la he llevado siempre en la espalda, en el pecho y en la mente.

Por regla general, la inspiración me viene en horizontal ( tumbado, vamos ), alguna vez también sentado, como el otro día cuando hablaba con Jonathan, y no con tanta frecuencia, en vertical ( de pie ), como hoy, mientras me estaba afeitando. Hablo de inspiración con toda la modestia del mundo, me refiero sencillamente a la redacción de esta publicación. Pero no por modesta es menos importante. Me ha hecho reflexionar, cuestionarme otras cosas, recordar, madurar, enlazar ideas... me ha revelado temas para otras publicaciones. Pero eso queda para otro día.

No quisiera terminar sin añadir lo siguiente: pon una "A" delante de la "L".

AutoLearning, no dejes que te digan lo que tienes que aprender.