sábado, 20 de diciembre de 2014

LOTERÍA

¿Sabes qué le pasa a la mayoría de la gente a la que le toca la lotería?
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Se pasan toda la vida soñando que les toque un gran premio, y cuando "milagrosamente" lo consiguen, se lo gastan todo en caprichos. Poco tiempo después siguen siendo tan pobres, o a veces más, que antes. Vuelta a empezar. A seguir trabajando como siempre, y a volver a soñar que se repita el milagro. No se llevan bien con el dinero. Luego se quejan de los ricos. Tienen mentalidad de pobres.

Cada año, la lotería, hace muchos nuevos ricos temporales. Temporales, porque sólo saben gastar. En este mundo hay dos tipos de personas: las que gastan lo que ganan, y las que ganan lo que los demás gastan. Las casas de muchas personas de las clases media y baja están llenas de multitud de objetos que son prescindibles o no sirven para nada, mas que para satisfacer un impulso de compra y de satisfacción inmediata.

Sin ánimo de ofender, ¿para qué quiere una limpiadora un smartphone de última generación? Yo te lo digo, para seguir limpiando y poder comprase el siguiente modelo. Y seguir limpiando...

Las personas con mentalidad de rico procuran gastar lo menos posible en proporción a sus ingresos, no pagan a plazos con tarjetas de crédito, están permanentemente pensando en ahorrar para poder invertir en las oportunidades que saben que se les van a presentar, y son capaces de postergar la esperada gratificación.

Si a una persona con mentalidad de rico le toca la lotería, una parte importante del premio la invierte, y no en cualquier cosa. Una regla de oro es la diversificación: no poner todos los huevos en la misma cesta.

Invierte, ¿en qué?

Sobre todo en sus propios negocios.

¿Cuántas personas conoces que se hayan hecho ricas invirtiendo en los productos financieros tradicionales: depósitos, bolsa, fondos de inversión, planes de pensiones...? Están específicamente diseñados para que los grandes beneficios se los lleven los de siempre. ¿Y quiénes son los de siempre? Pues los que te ofrecen esos productos de inversión.

¿Y en inmuebles? ¡Cuántas fortunas invertidas en inmuebles se están esfumando como consecuencia de la crisis! Se están dando muchos casos de personas que renuncian a sus herencias en inmuebles porque los impuestos y gastos que acarrea su aceptación les resultan insoportables.

Las hipotecas también. Toda la legislación está pensada para proteger el sistema político-financiero. Mucha gente está particularmente hipotecada de por vida, avales incluidos. Y colectivamente también. La deuda pública ya ha superado el billón de €. ¿Y a que no sabes quién la va a pagar?