domingo, 1 de septiembre de 2013

DESCUBRE LOS INTERESES COMPLEMENTARIOS



Todos nos movemos por interés. Prestamos atención a unas cosas e ignoramos otras. Incluso delante de nuestras narices, somos incapaces de verlas si no nos interesan. Cada uno tiene su propia vara de medir. Cada uno es libre de elegir lo que le interesa y lo que no.

Al mismo tiempo somos seres sociales y estamos condenados a vivir en comunidad. Se nos hace ineludible buscar y encontrar intereses comunes. Es la única forma de progresar.

Hace años, en un curso sobre negociación, nos plantearon el siguiente ejercicio:

Ha habido una hecatombe nuclear. Sólo queda una naranja sin contaminar. A la vista de la misma, dos personas enfrentadas tienen que negociar su posesión. Cada una de ellas ha recibido instrucciones ocultas para la otra. Su disputa es cuestión de vida o muerte para las partes.

No hubo acuerdo, con la trágica consecuencia para los dos.

A continuación se leen las instrucciones recibidas por cada uno:

1º Tu hijo está contaminado y sólo se puede salvar con el zumo de la naranja.
2º Tu hijo está contaminado y sólo se puede salvar con la piel de la naranja.

¿Trágico, no te parece?

Nos han acostumbrado a ocultar nuestras verdaderas intenciones cuando se trata de conseguir determinado objetivo. Pero esta táctica no siempre funciona, y a veces cuando se nos plantean abiertamente ciertas cuestiones, no sólo no damos crédito, sino que ni siquiera prestamos atención. Desconfiamos. Estamos contaminados. ¿Condenados a la extinción? ¿O condenados a la colaboración?

¡Abre tu mente, observa, escucha, analiza, valora y toma tus propias decisiones!