No he podido esperar hasta mañana. He preferido plasmar en caliente mi agradable experiencia de esta velada. Hace apenas dos años que te conozco, pero desde el primer día no he profesado más que gran admiración por ti.
Por ti, por tu trabajo, por tus múltiples talentos, por tu saber hacer. A tu lado me siento pequeño.
Quería reiterarte mi más sincera enhorabuena por tener el coraje de perseguir tu sueño. Quería decirte que te has convertido en un modelo para mí. Quería volver a agradecerte que hayas contado conmigo para compartir este día tan entrañable para ti. Quería transmitirte la profunda emoción que he experimentado escuchando tus delicadas composiciones, que han sido una delicia para mis torpes oídos. Quería recordar tu mirada de complicidad cuando le llegó el turno a mi favorita. Quería felicitarte por tu humildad y buen hacer con el virtuosismo de las manos de Pau.
56 años de dilatada experiencia se han encontrado con 17 de un porvenir arrebatador. Dos corazones de niño que comparten una misma ilusión. Mis mejores deseos para los dos.