No hay que irse a otras lejanas galaxias para encontrar guerras. Ni siquiera salir de nuestro hábitat habitual. La propia vida es una guerra contra la supervivencia, y esto incluye la vertiente económica.
Vientos difíciles, los que nos está tocando capear, que nos enfrentan a nuevos retos y oportunidades.
La dirección eficiente de un ejército es un requisito indispensable para la victoria. Ya hace algunos siglos que un destacado general chino nos ofreció sus más preciados secretos para llegar a buen puerto en esta tarea.
Desde entonces sus enseñanzas han sido aplicadas, no sólo en otros campos de batalla, sino también por empresarios en el mundo de los negocios, deportistas en la planificación de sus competiciones y muchos otros que en su día a día tienen que lidiar con sus propios enemigos.
Una de las ideas que me quedó grabada tras su lectura fue la siguiente:
Si no puedes ganarles, únete a ellos.
Ésta es una de las prácticas que están utilizando empresas de todos los tamaños y sectores ante la dureza de la competencia actual. Por qué no también pueden hacerlo todas aquellas personas que están buscando una fuente alternativa de ingresos.
Ampliar la cuota de mercado, o al menos no dejarse arrebatar la habitual, ha sido siempre una condición para la supervivencia. Para conseguirlo tienen que explorar nuevos canales de comercialización y entre ellos cobra cada vez más importancia el marketing de referidos. Uno de los modelos utilizados es el marketing de redes, que permite alcanzar los objetivos perseguidos sin incrementar los costes de comercialización, ofreciendo una parte del pastel a los actores interesados en su explotación, dando validez de este modo a la máxima tradicional de que para hacer un negocio, todos tienen que salir ganando.
Esta oportunidad permite a las personas sin experiencia, interesadas en desarrollar una actividad empresarial, introducirse en el mundo de los negocios de una forma muy sencilla, incluso compaginándola con su actividad principal. Se puede interpretar, en definitiva, como una formación remunerada, ya que, al mismo tiempo que se opera en el mundo real de los negocios, se desarrollan las habilidades necesarias para ejercer la actividad a plena satisfacción, y se va convirtiendo en una fuente complementaria de ingresos.
La FUERZA está en nuestro interior, tan solo es cuestión de querer aprovecharla.