domingo, 28 de junio de 2015

GUÁRDATE DE LOS ADULADORES

Nos sentimos tentados a creernos todas las dulzuras que nuestros oídos puedan captar. Sin embargo, nos mostramos refractarios a aceptar las críticas que, aunque bienintencionadas, podamos escuchar.


Ni es oro todo lo que reluce, ni carbón todo lo que oscurece. Cuando un general entraba triunfante en Roma, vitoreado por la multitud, durante la celebración de una victoria militar, le acompañaba una persona sujetándole sobre la cabeza la corona de laurel representativa de su triunfo, y susurrándole al oído un recordatorio de su naturaleza: recuerda que eres mortal.

Tanto las victorias como los derrotas se suceden a lo largo de la vida, dejan su huella, y también deben dejar una lección. Todo fluye, todo pasa, pero la experiencia es ese poso que queda tras la vivencia. Tiene un tremendo valor, si se le sabe sacar provecho. Aunque nos lo recuerden con frecuencia, tenemos la tendencia a volver a cometer el mismo error. El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma  piedra. Nada ni nadie es perfecto. Todo y todos somos mejorables. El progreso consiste en saber aprovechar las oportunidades. ¿ O no ?