No mires atrás, no mires a los lados, no mires a los obstáculos... mira, concéntrate, enfócate, obsesiónate con la victoria. Ya habrá tiempo de analizarlo todo.
La oportunidad que proporciona cada instante es efímera e irrecuperable.
Cualquier distracción, por nimia que parezca, puede tener consecuencias desfavorablemente determinantes en el resultado. Si tienes claro el objetivo, si confías en ti y estás convencido de poder lograrlo, aíslate de cualquier interferencia.
Si ha de fallar alguien, que sea el otro, el entorno, las circunstancias. Tú no puedes permitirte el más mínimo error, pues los demás estarán atentos para aprovecharlo.
Sólo hay una minúscula diferencia entre el ganador y los perdedores.
Que no seas tú la causa.