jueves, 26 de diciembre de 2013

REFLEXIÓN

A mí me resulta curioso. Me refiero al espíritu de la Navidad. Nosotros somos los mismos a lo largo del año, sin embargo por estas fechas nos solemos sensibilizar y acercar a todos los demás. Otros acontecimientos son socialmente más limitados, pero éste es global. Todo son recuerdos, reuniones, felicitaciones, buenos deseos... Un fuego que se activa y desprende un confortable calor. Agradable como un abrazo sincero... Pero efímero.


¿ Y luego qué ? ¿ Por qué se apaga con tanta facilidad ? ¿ O tú no lo percibes de igual modo ? ¿ Acaso ya no somos los mismos ? Nosotros somos el combustible. Permanece. Nuestro entorno es el comburente. Permanece. ¡ Ah, ya ! Es la chispa la que falta. ¿ Por qué sólo utilizamos la chispa de la Navidad ? ¿ Por qué no ejercitamos más nuestra creatividad ? ¿ Por qué no nos esforzamos en provocar otras ingeniosas chispas que inunden nuestras vidas de constante felicidad ?

Propuesta de epitafio: Obsequió al resto de los mortales con un abundante despliegue de fuegos artificiales.