Reflexivos, enfocados, determinados, metódicos... invencibles cuando pasan a la acción.
Genética privilegiada, desde luego. Talento natural, indiscutible. Ambiente favorable, sin duda. Sacrifico, mucho sacrificio, por supuesto.
No hay milagros, hay oportunidades, y hay quienes están decididos a aprovecharlas, los menos, y quienes se conforman, los más, con seguir formando parte del menos exclusivo grupo de la mediocridad. Es mucho más cómodo, así es, como también lo es achacar los méritos ajenos a la suerte, al entorno, a las influencias, ... que también, pero hay que buscarlas. Y hay que perseverar, y saber elegir, y no rendirse nunca.
Determinación, esfuerzo, disciplina, autodisciplina, compromiso, trabajo duro, muy duro. Otros también lo intentan, claro que sí, y ahí es donde intervienen la genética, el talento, el ambiente, el sacrificio o viceversa.
No hay dos seres humanos iguales, y cada uno dispone de unos atributos especiales que le pueden hacer destacarse sobre los demás. Por comodidad, la mayoría, nunca llegan a descubrirlos, y cuando lo hacen, muchos no están dispuestos a exprimirlos. ¿ Pereza, autodesconfianza, desinterés ?
Admiramos o envidiamos, según la naturaleza de cada uno, a algunos personajes ensalzados por los medios, y nos gustaría ser como ellos. Idealizamos, incluso idolatramos, a individuos, a los que no conocemos, mas que por referencias de terceros, y sin embargo no apreciamos ni valoramos a quien tenemos más cerca, a quien nos acompaña cada día, a quien debemos todo lo que somos y del único del que podemos conseguir cualquier cosa que pretendamos ser, de nosotros mismos. El exceso de modestia es traicionero.
¡Grandes Garbi y Rafa, esforzados números 1, referentes a emular, enhorabuena y gracias!