sábado, 31 de diciembre de 2016

EL REY DEL CORSO, DON ANTONIO BARCELÓ

Despidiendo el año 1716 o dando la bienvenida al siguiente (incluso con la localidad de nacimiento hay cierta controversia) vino a nacer en la isla de Mallorca el que llegaría a convertirse en uno de los marinos más ilustres, no sólo de su patria chica, sino de toda una nación. Y no de una cualquiera, sino de una de las potencias más destacadas de su época.

Hace tiempo que le sigo la pista, y aprovechando el cambio de año, 3 siglos después del acontecimiento, ha llegado el momento de dedicarle unas líneas.

No lo tuvo nada fácil. Si hay una cualidad que le acompañó durante toda su vida y le permitió alcanzar el reconocimiento, no sólo de su Rey, sino también de la posteridad, es la que también dio nombre a uno de los barcos en los que navegó: "Atrevido".

Hace algunos años le pregunté a un gran empresario por el secreto de su éxito. Le manifesté mi más sincera admiración por lo que había conseguido y le pedí consejo sobre qué hacer para emularle. Era la segunda ocasión, ese mismo día, que había tenido ante mis ojos la respuesta a la pregunta formulada. La primera vez fue cómo abordó una circunstancia que se resolvió rápida y satisfactoriamente como consecuencia de su manera de proceder. No lo supe ver.  Luego fue más explícito: "ATRÉVETE".


Pocos, si alguno, han conseguido algo relevante sin hacer uso de este consejo. Desde entonces, lo aplico al pie de la letra. Te puedo asegurar que uno se siente mejor que bien.


Y como muestra de su valor esta efeméride:

Con fecha 25 de marzo de 1766, propone el comandante general del Departamento de Cartagena, que atendiendo a las circunstancias del abandono de la galería que tomaron los moros por la cobardía de los 240 hombres que la tripulaban, sean enviados a servir bajo el mando de D. Antonio Barceló dos campañas, para que recuperaran su honor y se les eliminara la nota de cobardía.