Me encuentro en un curso íntimo con otros 27 emprendedores.
En este caso, no soy el conferencista de este evento, sino que soy un participante más de esta capacitación.
Y todos los asistentes hemos venido del mundo entero para estar sentados aquí.
Porque este evento es liderado por Jay Abraham.
Si no conoces a Jay Abraham, él es un asesor empresarial que ha hecho más de 9 millardos de dólares.
Lo leíste correctamente:
Este señor ha hecho más de 9 MILLARDOS DE DÓLARES asesorando a todo tipo de personas y empresas.
Aún cuando venir a este evento representa una gran inversión financiera para mí, yo siempre he vivido con la siguiente filosofía:
Aprende de los mejores.
Porque sólo si aprendes de los mejores tienes la posibilidad de convertirte en uno de los mejores.
Y Jay Abraham es uno de los mejores asesores del planeta.
Este evento de emprendimiento profesional empieza y cada uno de los participantes debe presentarse ante el resto del grupo.
Después de escuchar la presentación de cada uno de mis compañeros…
… tengo la impresión de que soy el único que no es un millonario.
Lo digo en serio:
Esta gente juega en las ligas mayores.
Son algunos de los mejores emprendedores del mundo.
Uno de ellos hace 35 millones de dólares al año vendiendo pescados y otros productos del mar.
El que está sentado al frente mío fue el primer manager de Taylor Swift (sí, la cantante que ha ganado más de 5 Grammys).
Otro compañero también es conferencista, pero, a diferencia de mí, él hace 5 millones de dólares cada año gracias a sus conferencias.
Cuando llega el momento de presentarme, con mucho orgullo y con una gran sonrisa me levanto y presento mi planificación empresarial para los próximos 12 meses.
Mi sonrisa desaparece rápidamente y mi orgullo se desvanece inmediatamente cuando Jay Abraham, en menos de cinco minutos, me dice por lo menos tres errores graves en mi forma de pensar acerca de mi futuro profesional.
Los otros 27 emprendedores tampoco dudan en criticar abiertamente mi planificación como conferencista.
De esta forma transcurre todo el primer día del evento…
…y cuando finalmente en la noche llego a mi habitación de hotel, estoy - literalmente - exhausto.
Antes de llegar a este evento, orgullosamente pensaba que había planificado de forma inteligente mi próximo año laboral.
Pero según estos emprendedores, debería botar a la basura gran parte de esa planificación y re-pensar por completo lo que quiero hacer.
Ahora me siento agotado, confundido y sin saber muy bien qué hacer.
Porque tengo dos opciones:
Puedo cómodamente seguir haciendo lo que siempre he hecho…
…o puedo tragarme mi orgullo, salir de mi zona de confort, escuchar las críticas constructivas de estas personas y cambiar por completo lo que estoy haciendo.
Así que sólo para ver cómo sería la planificación basada en las críticas de estos emprendedores, decido hacer lo siguiente:
Al día siguiente me levanto de madrugada y empiezo el largo y doloroso proceso de iniciar desde cero y re-planificar por completo mi próximo año como conferencista.
Mientras lo hago, me siento incómodo y confundido, porque voy en contra de muchas cosas que siempre he hecho y que pensaba que representaban la planificación más efectiva.
Pero después de re-planificar durante horas todo lo que debo hacer, llego a la siguiente conclusión:
Por mucho que odie admitirlo, Jay Abraham y los otros 27 emprendedores tenían razón.
Mi planificación no era ni la mitad de efectiva de lo que es ahora.
Esta planificación es MUCHO, pero MUCHO mejor.
Ahora me siento aliviado:
Ya atravesé el doloroso proceso de escuchar críticas y re-inventarme.
Y sé que valió el esfuerzo:
Porque estoy convencido de que lograré muchas más cosas, en mucho menos tiempo.
Así que, aún cuando escuchar críticas es una de las cosas que más nos cuesta, quiero que entiendas lo que yo llamo “LA LEY DE LA CRÍTICA“.
Esta ley dice que:
El error de muchas personas es que prefieren ser arruinadas por los aplausos…
… en lugar de ser salvadas por las críticas.
La realidad es que yo vine a este evento de Jay Abraham específicamente para ser criticado.
Yo pagué la entrada a este evento no para que me digan que soy inteligente…
... sino para que me digan todas las formas en las que no estoy siendo inteligente.
Y lo que me iba a sorprender durante los próximos días del evento, es que todos estos emprendedores vinieron a lo mismo:
Cada uno de ellos vino voluntariamente para ser criticado constructivamente y re-inventarse a sí mismo.
Y lo que me iba a sorprender aún más es que todos ellos me confirmaron una cosa:
La clave de su éxito es que se rodean continuamente de personas que tienen más éxito que ellos mismos.
Porque para convertirte en una persona exitosa, tienes que rodearte de personas exitosas.
Así que si quieres multiplicar tu éxito, haz lo siguiente:
Aléjate de las personas mediocres que sólo te aplauden para hacerte sentir mejor.
Y acércate a las personas sobresalientes que te critican constructivamente para que seas mejor.
Te prometo esto:
Aceptar críticas constructivas es doloroso al principio…
… es confuso a la mitad…
… pero es satisfactorio al final.
Si implementas las críticas constructivas hoy…
… cosecharás un mayor éxito mañana.
En amistad,
Stephan