¿Por qué no vemos lo que tenemos delante de las narices? Porque no podemos, o porque no queremos. Nuestras experiencias y aprendizajes nos han proporcionado unas gafas para ver nuestro entorno de cierta manera. Estamos tan acomodados, que sin esas gafas no somos capaces de ver nada, y con ellas, lo que vemos, es lo que otros han programado que veamos. Pero el cambio es posible. Basta con sustituir las gafas por otras. No es cuestión de poder, sino de querer.
¿Quieres vivir tu vida de otro modo?
Pues cámbiate de gafas.