“Si quieres ser grande… comienza por ser pequeño“
Mientras un león dormía plácidamente, un pequeño ratón, al verlo tan quieto, trepó a su cabeza y se puso a jugar con su gran melena...
De pronto el león despertó muy enojado y estaba a punto de devorarlo, cuando el ratón le imploró:
Perdóname. Te prometo que si algún día me necesitas correré a ayudarte. Voy a pagarte este gran favor que me haces. Déjame libre.
El león lo miró sorprendido y se rió mucho.
¿Cómo piensas que un pequeño ser como tú, puede ayudar al rey de la selva? Anda, vete antes de que me arrepienta.
Algún tiempo después, el león quedó atrapado en una red de unos cazadores. El león, consciente de que iba a perder su libertad, se lamentaba de su mala suerte.
Entonces, el ratón que, casualmente andaba por ahí, al escuchar su lamento, se acercó diciéndole:
No te preocupes león. Yo prometí ayudarte y ahora lo voy a hacer.
¿Pero qué puedes hacer tú por mí? Eres muy pequeño y no tienes la suficiente fuerza.
¡Ya lo verás! Dijo el ratón.
Entonces, con sus afilados dientes, comenzó a roer las gruesas cuerdas de la red, hasta hacer un agujero del tamaño necesario para que el león pudiera liberarse.
¡Ahora sí estoy satisfecho! He cumplido con el agradecimiento que te debía ¡Amigo león estamos en paz!
Ahora comprendo, ratón, aquello que repetía mi abuelo: "Hoy por ti, mañana por mí".
Y desde entonces, para sorpresa de todos los habitantes de aquel lugar, fueron grandes amigos.
MORALEJA: No debemos subestimar a nadie por su tamaño o sus capacidades, cuando las personas son solidarias, honestas y agradecidas, no hay nada que las pueda detener.