Cada vez son más numerosos los estudios que demuestran los beneficios de las prácticas meditativas. En realidad no se trata de algo novedoso en occidente, pero hay que reconocer que han sido las escuelas orientales las que han influido decisívamente en su difusión.
También es cierto que el primero que estudio el tema con rigor científico fue el mexicano afincado en Estados Unidos, José Silva. Sus conocimientos de electrónica aplicada a las comunicaciones por radio, unidos a sus inquietudes por conocer el funcionamiento del cerebro, le condujeron a ser el pionero en este campo de investigación. Descubrió cómo variaba la frecuencia de las ondas cerebrales en función del estado de vigilia o sueño, y su repercusión en el funcionamiento de la mente. Desarrolló un método de control mental, al alcance de cualquiera, para desarrollar y potenciar sus capacidades mentales, incluso con fines terapéuticos.
A día de hoy, millones de personas por todo el mundo utilizan estas técnicas para conocerse mejor, desarrollar la creatividad, controlar el estrés, potenciar la memoria, aumentar la concentración, superar dificultades psicológicas, controlar hábitos no deseados, etc. Las grandes empresas están organizando cursos para sus ejecutivos. Estudiantes y profesionales de la sanidad, de los negocios, del deporte, de la educación, y de las artes, amas de casa, entre otros, se encuentran entre sus usuarios habituales.