jueves, 23 de marzo de 2017

EL FUNDADOR

Si eres emprendedor no te la puedes perder.


Los negocios van de hacer dinero. Con cierta crudeza, pero sin apartarse un ápice de la cotidianidad. La cinta ( aunque hoy ya no es una denominación muy apropiada ) tiene unas escenas geniales: cuando no puede conciliar el sueño, cuando se inspira en las cruces y banderas, cuando su mujer le echa un cabo durante la cena con los amigos del club, cuando incita al  convaleciente a abrir el sobre que acompaña a las flores... ( no te cuento más )

La dimensión de un negocio es directamente proporcional a la ambición del empresario.

El discurso de marcado carácter político de crear empleo, no es más que una condición necesaria, y no siempre, pero ni mucho menos suficiente, para conseguir el fin último que no es otro que el de generar ingresos que proporcionen un beneficio, y cuando menos garanticen la supervivencia de la empresa en épocas difíciles.

El dinero es el combustible de todo el proceso y tiene necesariamente que proceder de los clientes que estén dispuestos a ceder ese recurso limitado, que han conseguido por otros medios, para disfrutar del producto o servicio que se ofrezca. Sin clientes no hay negocio, y si hay clientes, hay que saber explotarlo.

Ver lo que los demás no ven, luchar por lo que otros no están dispuestos a hacerlo, perseverar y no desfallecer. Compaginar humildad y ambición.

En todas las batallas de la Historia hubo vencedores y vencidos, pero nadie ha ganado un batalla sin librarla.

Lo dicho, tienes que verla.