Una carga genética única, largos años de sacrificio, intensas jornadas de entrenamiento orientadas al perfeccionamiento de la técnica y la potenciación de las facultades físicas, meticulosa planificación de la dieta, descanso, competiciones... todo orientado a estar presente un día determinado, a una hora concreta, en perfectas condiciones físicas y psíquicas en los tacos de salida. La tensión espesa el ambiente, concentración absoluta, sólo se oye el silencio, ESCUCHA... No se oyen, pero se sienten, los latidos del corazón. Ahora entra en juego la velocidad del sonido, que influye en el tiempo que tarda en llegar al oído la detonación del pistoletazo. Un instante antes se hará visible el humo del disparo, pero la posición del cuerpo y la cabeza en la posición de salida descarga la responsabilidad del momento en el aparato auditivo. ESCUCHA... Una buena salida es crucial, están en juego décimas de segundo, los honores se reservan para el primero en cruzar la línea de meta, la igualdad entre los rivales es enorme, sólo uno alcanzará el triunfo. ESCUCHA...
Sí, es muy importante la ESCUCHA, y para ejercerla es condición previa el silencio. Sin ella, todo lo demás puede ser en vano.
“El primer
paso para la adquisición de sabiduría es el silencio, el segundo la escucha, el
tercero la memoria, el cuarto la práctica, y el quinto enseñar a los demás“, Solomon Ibn Gabriol.