TUS PÁGINAS

domingo, 27 de septiembre de 2020

ÉTICA PECUNIARIA

"La venta de los burros muertos...

Una linda muchacha llamada Lolita se fue al campo y le compró un burro a un viejo campesino por 300 €. El anciano acordó entregarle el animal al día siguiente. 

Pero al día siguiente el campesino le dijo:

—Lo siento, Lolita, pero tengo malas noticias: el burro murió.

—Bueno, dijo Lola, entonces devuélvame mi dinero.

El vendedor replicó:

—No puedo. Ya me lo gasté.

Lola le dijo:

-Bien. Igual entrégueme el burro.

— ¿Y para qué? preguntó el anciano, ¿Qué vas a hacer con él?

—Lo voy a rifar -contestó Lola.

—Estás loca, ¿cómo vas a rifar un burro muerto?

—Es que no le voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto.

Un mes después de este suceso, el campesino encontró nuevamente a Lola y le preguntó:

— ¿Qué pasó con el burro?

LOLA respondió:

—Lo rifé, vendí 500 números a 20 € cada uno y gané 10.000 €.

— ¿Y nadie se quejó? Preguntó el viejo.

—Solamente el ganador -le dijo Lola-, pero a él le devolví sus 20 €. 

Lola creció y de repente se hizo política. Hasta llegar a diputada, luego Senadora, después Ministra, luego volvió a ser Senadora y de la misma forma usó el dinero de todos.

Y ese dinero fue a parar ¡¡¡a sus bolsillos!!! y todos sabemos de qué forma… Una mujer, que durante su vida nunca trabajó como Dios manda, ni hizo nada productivo ahora es muy rica... porque encontró muchos burros muertos en su camino y los fue rifando a mucha gente ingenua. 

Pero lo mejor de esta historia es que sigue encontrando más burros muertos, para seguir como senadora

Hay muchos que no tienen sangre en la cara. 

Usted no puede dejar que le sigan vendiendo burros muertos.... estén alertas. 

Abran sus ojos 👀 y mejor aún su mente, su criterio y mucho sentido común.

Piensen en sus hijos y su familia. 

Ustedes pueden ayudar a que paren de vendernos burros muertos compartiendo esta historia. 


(Autor anónimo)"

Y así nos va.

LA VENTA MULTINIVEL ANTES DE JESUCRISTO

El artículo 22 de la Ley del Comercio Minorista regula la venta multinivel y emplea conceptos tales como redes, comerciantes, distribuidores y agentes. Legislación de finales del siglo XX, que se ha demostrado de gran actualidad en el XXI y que tiene sus orígenes varios siglos antes de la Era Cristiana.

En tiempos de la Roma republicana, y con mucha anterioridad, pues no se trata más que de la esencia del comercio, y este existe desde que se inventó el trueque, las relaciones económicas se sustentaban en dos tipos de personas jurídicas: el patrón y el cliente.

Sin que existiera discriminación por la procedencia social o nacionalidad de los individuos, se establecían relaciones comerciales, que buscando el beneficio de ambos intervinientes, facilitara la transacción de productos y servicios entre productores y consumidores finales.

El cliente de un patrón podía ser asimismo patrón de otros clientes, convirtiendo al primero en patrón supremo del segundo, de modo que los clientes del segundo se convertían automáticamente en clientes del primero.

El concepto de cliente en época romana era diferente al actual. Hoy en día identificamos los términos cliente y consumidor. Entonces, un cliente era un empresario que adquiría ciertos productos de un fabricante y los ponía a disposición de su patrón para que este a su vez los negociara con su propio patrón, y así sucesivamente.

De manera que el que los romanos llamaban patrón supremo se relacionaba con sus patrones de primer nivel, que a su vez se relacionaban con otros patrones, que conformaban el 2º nivel del 1º y el primer nivel del 2º, y así sucesivamente hasta el productor inicial que podía encontrarse en cualquiera de los países de la ribera del Mediterráneo o fronterizos con estos con los que la ciudad de Roma mantenía relaciones comerciales.

Nada nuevo en la esencia, muy diferente en las formas. Hoy se puede hacer todo por internet.