domingo, 21 de agosto de 2016

RUTH BEITIA

La edad no tiene por qué ser un obstáculo. Hoy nos lo ha demostrado una madurita compitiendo en una especialidad basada en la actividad física, en un entorno en la que todos son atletas de alto rendimiento.

Con 37 años, doblaba la edad a algunas de sus rivales en la final, y como siempre, plantándole cara a una de las leyes generales del Universo.


Cuando te impulsas sabes que vas a volver a caer, el desafío es tutearte con la gravedad, flirtear con el cielo, imaginar por un instante lo que sería tener alas. El reto consiste en superar sin derribar el obstáculo antes de regresar al estado natural con los pies en el suelo.

Y ahí es donde siempre los ha tenido esta atleta, pero con sueños a la altura de las nubes, como ha de ser cuando se quiere ser un gigante y dejar huella en la Historia.

Sueños... y determinación. Templanza y disciplina. Mucho esfuerzo y autoconfianza.

Sólo hay una persona en este mundo en la que se puede confiar al 100 %. En uno mismo. Y debes estar preparado, porque te puedes fallar.

Trabajando muy duro y pacientemente ha sabido buscar su oportunidad, sentir su cuerpo como agua bajo el influjo de la marea y esperar la correcta alineación de todos los astros, para que elevaran su cuerpo por encima del listón.

Hoy ha salido todo bien. Ha sido la mejor en el concurso. Ha merecido la pena el sacrificio.

Primera mujer española en alcanzar un oro olímpico en atletismo.

Que siga la racha.

¡ Grande RUTH, enorme RUTH BEITIA !