viernes, 18 de diciembre de 2015

MASTER FRANQUICIADOR


La franquicia es un modelo de negocio con origen en los Estados Unidos, como casi todo lo que atañe al mundo de los negocios en la actualidad. Nace allí y se acaba extendiendo por todas partes. Cuando llegó a Europa encontró fuertes resistencias por parte del empresario tradicional. Cuando algo se percibe como una amenaza al status quo, siempre encuentra fuerte resistencia por parte de aquellos que en ese momento ostentan el control del mercado. Hay que criticarlo y combatirlo como sea con tal de evitar lo que se considera, no sin razón, una seria amenaza del recién llegado. Al cabo de unos años ya podemos valorar objetivamente su implantación. Una gran parte del comercio tradicional está desapareciendo y sin embargo, muchos de los empresarios que han ido confiando en la franquicia están viendo los frutos de su apuesta.

Cuando una empresa, que opera con este modelo, pretende desembarcar en una nueva zona geográfica, suele delegar en un master franquiciador la responsabilidad de la expansión a cambio de una parte de los beneficios. Un franquiciado sólo tiene derecho a explotar su propio negocio, mientras que el master franquiciador recibe compensación de todos los contratos de franquicia que sea capaz de generar en su zona de operación.

Por otro lado, el comercio electrónico ( e-commerce ) está batiendo cada día sus propios récords de facturación. Aunque disimulado por las estructuras tradicionales, cada vez que vamos a un comercio tradicional que utiliza equipos informáticos, estamos participando de una transacción de comercio electrónico. El pago con tarjeta, una financiación del pago, la gestión automática del almacén y los pedidos, el suministro de unos datos personales para la contratación de un servicio o el envío de una mercancía... no son sino operaciones habituales que hacemos cada día sin darnos cuenta en el ámbito del comercio electrónico.

Uno de los principales inconvenientes del modelo de franquicia tradicional, sobre todo de las grandes marcas, que son las que pueden ofrecer mayores probabilidades de éxito, es el elevado nivel de inversión necesario para arrancar, lo que deja fuera del mercado a muchos pequeños emprendedores que podrían estar interesados en la explotación de este modelo de negocio.

Pero ahora viene lo bueno. Todos podemos explotar una actividad de comercio electrónico con nuestro dispositivo de telecomunicaciones habitual. Gracias a la gran difusión que están teniendo en estos últimos años la nuevas tecnologías, término que se utiliza fundamentalmente para referirse a las tecnologías relacionadas con la informática y las telecomunicaciones, cualquier persona puede disponer de una conexión a internet, unos equipos y unos programas y aplicaciones similares a los de cualquier gran empresa multinacional. Esto ha favorecido el gran auge que están experimentando las oportunidades de desarrollar una actividad empresarial desde su propia casa, lo que se conoce como "home based business" ( negocios basados en el hogar ), entre aquellas personas que bien con dedicación exclusiva, o a tiempo parcial, desean complementar sus fuentes de ingresos con actividades alternativas.

Si la franquicia ha demostrado su validez, lo que va a suceder con este nuevo modelo va a ser, ya lo está siendo en otros países, algo espectacular.

Con una inversión ridícula se puede disponer de un sistema informático suministrado y gestionado por el franquiciador, de modo que el franquiciado, sin necesidad de invertir en los gastos fijos de los negocios tradicionales, y por tanto sin una inversión inicial prohibitiva, y sin riesgo, puede centrase simplemente en las actividades de captación de clientes para su propia franquicia y de otros emprendedores que también quieran disponer de la suya, realizando funciones de master franquiciador, y por tanto beneficiándose de la facturación global del equipo que sea capaz de construir.

Si no hay ventas, tampoco hay gastos, pero si las hay, toca recoger beneficios.