sábado, 12 de noviembre de 2016

FINANCIACIÓN

¿Te has preguntado en alguna ocasión cuál es el objetivo prioritario de cualquier banco?

Correcto, ¡hacerse con tu dinero!

¿Para qué? Pues para hacer más dinero.

¿Cómo? Prestándolo a quien esté dispuesto a pagar un interés por ello, e invirtiéndolo para conseguir la máxima rentabilidad.

¿Y tú qué sacas a cambio?

1.- Si tienes mucha suerte y cumples muchas condiciones (cada vez más numerosas y exigentes), una mínima remuneración, sobre la que automáticamente tendrás que pagar impuestos.

2.- La custodia de tu capital y la garantía de disponibilidad. Últimamente esta garantía está algo restringida, pues para retirar unos pocos miles de euros, tendrás que solicitarlo con antelación, ya que dicen no guardar mucho efectivo en las oficinas.

Cuidado con los fines de semana y las fiestas, porque puedes estar esperando al furgón unos cuantos días antes de poder retirar tus fondos.

3.- Por supuesto estarás dando tu autorización implícita para que te controlen a ti y a tu dinero. Si quieres que te controlen todavía más, sólo tienes que utilizar tarjetas y apps.

4.- Como no tengas cuidado, tu saldo se verá reducido progresivamente por gastos, comisiones y otros cargos.

En definitiva, que cualquier banco va a hacer más dinero con tu dinero. Tú vas a tener cada vez menos y tu banco cada vez más. Multiplicado por un gran número de clientes se genera el negocio bancario.

¿A ver si adivinas de dónde sale el dinero para pagar todos los gastos informáticos, de oficinas, personal, transporte, expansión, publicidad... y los beneficios? Correcto,
¡de tu dinero!

¡Cuidado con los fonos de inversión y la inversión directa en bolsa!

Pierdes el control de tu dinero, tus únicas potestades se limitan a decidir cuándo comprar y vender y siempre al precio que te ofrecen!

De todo lo que pasa entre esos 2 instantes no tienes ni idea. Tu control es 0.

¡Y adivina qué intereses prevalecen en las decisiones de gestión de esos activos, los tuyos o los de los que están gestionando tu dinero!


Hemos hablado de bancos pero podemos extender la aplicación de estas ideas a CUALQUIER entidad que constituya el sistema financiero y éste es mucho más extenso y enrevesado de lo que puedas imaginar.