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lunes, 21 de junio de 2021
sábado, 19 de junio de 2021
GRAN OPORTUNIDAD DE NEGOCIO: ELECTRICIDAD
Hace varios lustros escuché por primera vez el concepto "all electric ship". Hacía referencia a que la evolución de la electricidad hacia la electrónica y de ahí a la digitalización, estaba permitiendo grandes avances en el control de todos los sistemas a bordo de los buques, y esto llevaba aparejadas enormes ventajas en muchos aspectos relacionados con el diseño y la operativa: seguridad, reducción de costes de personal, eficiencia, optimización de espacios, simplicidad, limpieza... y un largo etcétera.
Hoy los aviones se controlan con joystick, las naves espaciales son digitales, así como los automóviles, y cada vez más dispositivos domésticos. El internet de las cosas (IoT) está transformando progresiva y muy aceleradamente nuestro entorno.
Infinidad de cámaras por todas partes con una definición asombrosa, transmisión de la información a una velocidad vertiginosa y avances sorprendentes en control y almacenamiento de la energía eléctrica que facilitan cada vez más la movilidad y mejoran la autonomía...
Sin prácticamente darnos cuenta, acumulamos en casa más y más dispositivos eléctricos. En muchos hogares, la electricidad es la única fuente de energía. Limpia (al menos en el lugar de consumo), instantánea, bastante segura... imprescindible. Las estaciones de servicio para el combustible de nuestros vehículos las vamos a tener en el enchufe de nuestra casa. Nos estamos adentrando en el modelo "all electric life".
Y así surge la dependencia.
En cualquier hogar o negocio hay 2 suministros básicos: agua y electricidad.
El agua está controlada por los ayuntamientos y la electricidad por el estado. Pueden y cobran lo que quieren por ellas. Y como ahora existe una GRAN DEUDA por pagar, adivina quién y cómo van a hacerlo. ¿Te has preguntado el por qué del llamado "Impuesto al Sol"?
Son suministros que se pagan sí o sí, siempre, mes tras mes, de por vida, casi sin darse cuenta, porque están domiciliados en una cuenta bancaria. Si no lo haces, te los cortan. ¿Y quién está dispuesto a prescindir de los mismos?
El agua, es competencia exclusiva de los municipios. Poco, o nada, se puede hacer.
La electricidad es otro cantar. La sumisión a la legislación comunitaria ha abierto la competencia al subsector de la comercialización.
¿Has prestado atención a la publicidad que te bombardea permanentemente?
Unos porque sus modelos de negocio tradicionales se agotan y todos porque saben que se trata de una gran oportunidad de negocio: las entidades financieras, los proveedores de una gran variedad de otros servicios, las grandes superficies, y por supuesto las empresas de todo tipo relacionadas con el sector eléctrico, muchas creadas con ese fin exclusivo, te quieren vender "su" electricidad adornándola con atractivos calificativos que apelan a tus emociones: verde, renovable, solidaria, de tu propia tierra, eco, bio, natural, cooperativa, participativa, transformadora, transparente... marketing, y con frecuencia, engañoso.
Son exclusivamente comercializadores, la mayoría no tienen ningún control sobre la generación, ni el transporte, ni la distribución, te están vendiendo humo (muy lucrativo, por cierto).
La electricidad que llega a tu contador es exactamente la misma independientemente de quién sea el que te la cobra.
¡Cuidado, no te dejes embaucar!
Otro aspecto a tener en cuenta es cómo tratan de colocártelo. ¿Te han llamado alguna vez mientras estás comiendo o cenando, a la hora de la siesta, o en cualquier otro momento inoportuno? Se hacen pasar por quienes no son, escudándose en una marca conocida de la que probablemente ya hayas salido huyendo por el maltrato recibido con anterioridad. O estés recibiendo por otros medios propaganda camuflada de opinión, comunicado o informe.
La cuestión es, al fin y al cabo, si quieres ser exclusivamente un consumidor por el resto de tu vida, pagando lo que te quieran cobrar, o buscando un precio optimizado, y punto, o prefieres transformar ese eterno sumidero de gasto en una fuente fiable, recurrente y creciente de ingresos, participando del gran juego desde el lado del ganador.
Como una gran empresa, pero desde casa. Fidelizando clientes por todo el mundo. Como dueño de tu propio negocio, no como un empleado. Creando un activo que te ayudará a mejorar tu nivel de vida, a sobrellevar dignamente la jubilación y después podrás dejar en herencia.
¿Quién da más?