"La única diferencia
entre un sueño y un objetivo es una fecha", Edmundo Hoffens.
¿No os ha pasado alguna vez que de repente se os ocurre algo
que os gustaría conseguir y tal como viene se va y no volvéis a acordaros de
ello? Otras veces, la idea permanece por más tiempo, le dais vueltas en la
cabeza y llegáis a plantearos si verdaderamente la queréis. Si es así y vuestra
idea se retroalimenta con vuestros pensamientos, si vuestro interés por ella se
acrecienta y con determinación os planteáis su consecución, surge el deseo.
Sólo queda un paso, el más difícil, la acción.
Cuando a un niño se le da todo lo que pide por primera vez,
se le priva de la experiencia de este proceso y al conseguirlo sin insistencia
ni esfuerzo, se reduce considerablemente su grado de satisfacción. Si por el contrario se cultiva y abona ese deseo, si se le
enseña a postergar la gratificación, cuando lo alcance, su experiencia habrá
sido mucho más intensa y enriquecedora.
La única diferencia entre un niño y un adulto es que al
primero le basta con pedir e insistir, pues está sujeto a una relación de
dependencia. Sin embargo al segundo, que es libre, se le presenta lo que a
veces se convierte en un gran obstáculo, y no es más que la opción de tomar una
decisión.
¡Sueña despierto, confía en ti, no pierdas más tiempo. ponte una fecha y
ACTÚA!
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