Y lo que realmente es, a menudo, nos pasa desapercibido. Cuando tenemos delante de las narices, al alcance de la mano, la tan anhelada oportunidad, no la vemos, o no nos atrevemos a aprovecharla. El miedo, la incredulidad, la desconfianza, la soberbia, la inseguridad, la arrogancia, la comodidad... nos ciegan e inmovilizan.
Sólo hay un camino hacia la victoria, e implica audacia, valor, coraje, determinación, riesgo... y ACCIÓN.
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