Una de las características esenciales del liderazgo es la valentía de ser el primero, el pionero en afrontar un determinado reto que sirva de activador para liberar otras conciencias recelosas.
Muchas personas no están a gusto con su situación actual pero el temor a lo desconocido las mantiene agazapadas y expectantes. Vencer el miedo inicial es como superar un obstáculo opaco que nos impida ver lo que hay al otro lado. Pocos están preparados para afrontar ese riesgo. Cuando alguien lo supera y no vuelve, se convierte en un foco de curiosidad para los que estaban observando, que debilita la resistencia inicial a explorar lo desconocido.
Ya no hay marcha atrás, descubrir y experimentar lo nuevo se hace irresistible, es más atractivo ir hacia delante.
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