Al menos el tiempo sí que pasa. Inexorablemente. Y la casa sin barrer.
Afortunadamente la mayoría de los europeos vuelven a mirar hacia España como destino preferente para disfrutar sus vacaciones. ¿ Por qué será ? En cualquier caso, la dependencia de la economía española del turismo es excesiva.
Pan para hoy y hambre para mañana.
El sector de los viajes de crucero, que está experimentando un crecimiento sin precedentes, se está convirtiendo en un duro competidor. El que duerme a bordo no necesita un hotel. La temporada turística se sigue acortando. Los hoteles, para ser rentables, no abren hasta que tienen garantizado el lleno. Los salarios a la baja y por tanto las cotizaciones también.
No es para tomárselo a broma.
El gasto público sigue siendo desorbitado. El auxilio del sector privado ni está, ni se le espera. La pirámide de población ya no es pirámide, el sistema público de pensiones se empieza a parecer a lo que habitualmente se conoce como estafa piramidal. El nivel educativo-cultural bajo mínimos y cada vez peor. Enfermedades modernas en ascenso y sin embargo el gasto sanitario en retroceso. La inteligencia artificial hasta en la sopa y la invasión robótica a la vuelta de la esquina...
No me cuadra. Además del tiempo, algo va a pasar.
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