En 1858, una sociedad científica de París ofreció un premio al mejor ensayo matemático. El ganador fue el alemán August Ferdinand Möbius.
A pesar de su sencillez, se trata de una superficie espectacular, que ha acabado manifestándose en muchos campos de la Ciencia, el Arte y la Tecnología. En realidad no se trató de una invención, sino de un descubrimiento, pues posteriormente se ha comprobado cómo está presente en algunas estructuras de la Naturaleza. Es más, estoy convencido de que siglos atrás alguien ya debió construirla y utilizarla, aunque no tengamos testimonio de ello... por el momento. ¿Quizás Leonardo? Otra de las curiosidades de su topología es su simetría especular, un fenómeno natural que nos sigue sorpendiendo.
Hoy también hay concursos para descubrir talentos ocultos, favorecer la creatividad y promover el emprendimiento. ¿Quién sabe si sus desvaríos tendrán algún día tanta repercusión?
¡Ánimo!
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