La distancia física entre oferente y demandante fue la causa originaria de las cadenas de distribución, con la aparición de un número cada vez mayor de intermediarios, que van añadiendo valor a los bienes con los que trafican, aunque se trate simplemente de transportarlos para acercarlos al consumidor final.
De este modo se han ido creando lucrativos negocios interpuestos entre productor en origen y consumidor final en destino, pero a costa, lógicamente, de incrementar, y mucho, su coste para el cliente.
Hoy se entiende la venta directa como un modelo de distribución que consiste en acercar al cliente la empresa fabricante del producto o prestadora del servicio, acortando considerablemente la larga cadena de intermediarios, que provoca una considerable elevación de los precios para poder sostenerse.
El trato directo, o al menos mucho más cercano, implica la asunción de un gran compromiso por parte de la empresa, que debe ofrecer productos y servicios de muy alta calidad, ya que no podrá ocultar su responsabilidad a lo largo de la cadena de distribución, como sucede con frecuencia en los modelos tradicionales.
En una cadena de distribución tradicional, cada intermediario desempeña una labor diferente. Desde el propietario de un terreno de cultivo en Murcia hasta el cajero del supermercado de Berlín, intervienen una gran variedad de agentes en el proceso, ya sea por cuenta propia o ajena. En cambio, todos los distribuidores de una empresa de NETWORK MARKETING asumen las mismas tareas, se rigen por las mismas reglas, y no desempeñan otra función que la de poner los productos o servicios a disposición de sus clientes.personales. Sin embargo, se benefician de una interesante particularidad. Sus limitaciones de tiempo y movilidad no les permitirían llegar más allá de un reducido número de clientes, pero ofreciendo a otras personas interesadas la oportunidad de desarrollar la misma tarea que ellos, pueden llegar a una clientela mucho más extensa a través de una red de distribuidores, y compartiendo la comisión por las ventas, llegar a desarrollar una actividad más próxima a la de un empresario que a la del clásico empleado.
En un modelo puro de venta directa, los distribuidores son empleados de la empresa. En el modelo de NETWORK MARKETING son empresarios independientes, y su remuneración dependerá de las ventas que sean capaces de generar, bien sea con sus clientes personales, o con el resto de clientes de la red de distribuidores que se sea capaz de generar.
Además, hoy en día la tecnología permite el empleo de tiendas en internet, de manera que los distribuidores ni siquiera tienen que acumular ni manipular los productos, sino que se pueden limitar a ayudar a sus clientes a hacer sus pedidos online y la empresa se los hace llegar a su domicilio.
De este modo el riesgo que asumen los distribuidores como empresarios es nulo. Si hay ventas, hay beneficio pero si no las hay, tampoco hay pérdidas.
Este revolucionario modelo está transformando radicalmente el mundo comercial. Espoleadas por la crisis, muchas de las empresas más punteras ya lo están empleando. Para ellas también supone una gran ventaja. No tienen que contratar empleados para su departamento comercial, evitando uno de los costes más importantes, el de personal. Cuando se cierran las ventas, se reparten las comisiones correspondientes, y punto final.
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